Interminables horas en el 111 leyendo sus libros, apretujada entre la gente, sonriendo sola, soñando despierta con la sencillez y la humanidad de sus historias, deseando poder tener la mitad de la mitad de la habilidad que tiene ella para escribir.
Incontable numero de veces le mencione sus libros a todo aquel que me quisiera escuchar o no.
Miles de lagrimas derramadas al enterarme de la historia de su vida, de abuso, muerte, desamor y tantos etceteras que la hacen mas entera y mas hermosa.
Infinitos personajes dejaron su huella en mi, como pequeñas criaturas inanimadas vueltas a la vida por la magia de la tinta que se colaron en mi vida sin pedir permiso y no se fueron nunca mas.
Tanto, tanto, tanto! que no terminaria de describir jamas cuan grande es la influencia de Isabel Allende en mi vida, como mujer, como escritora (o en mi caso, proyecto de tal), como latinoamericana o simplemente como espiritu libre que no tiene miedo de enfrentarse al mundo tal y como es.
Y como no va a serlo si le debo mi alterego?? si sin planearlo y gracias a un amoroso cumplido (mas le vale que haya sido un comentario positivo!) de mi hermano del alma "Oiga Marite, esta muy Clara Clarividente hoy!", me robe la identidad de aquella dama de luz y amor, pocas palabras, magia, espiritus y extraña belleza que trasciende el mundo fisico y nunca nadie puede terminar de entender, y nunca mas me desprendi de ella.
Quizas todas estas cosas empujaron con tanta fuerza que tarde o temprano me hicieron llegar a Isabel.
A tenerla enfrente mio, con todo el esplendor de su metro cuarenta, su cara de pomulos anchos y su pelo arregladito con unos palitos japoneses perfectamente acomodados, esa inmensidad que irradia, que te llena, que te hace querer abrazarla y no parar de hablarle.
Asi fue como el martes 15 de diciembre de 2009 que se marco a fuego en mi calendario, recibi un mensaje de Pablo (hermano, no te imaginarias nunca cuan feliz hiciste a esta desquiciada!) que me avisaba que Isabel Allende iba a estar firmando ejemplares de "La Isla Bajo El Mar" en el Ateneo de Santa Fe.
Pense que el cuerpo no me alcanzaba para correr a la velocidad que mi corazon demandaba.
Y cuando llegue, la desilucion fue grande, solo iba a firmar 100 ejemplares y la fila ya llegaba al tercer piso.
"No importa, yo me conformo con verla".
Y me quede ahi parada con un nudo en la garganta.
Despues de una hora de esperar, una de las empleadas de la libreria nos dice "Quedense tranquilos que a los que llegaron antes de las 18 Isabel les va a firmar a todos".
Y la ansiedad me volvio a invadir.
En el momento en que di la vuelta a la estanteria de libros de musica y la vi a ella sentadita en su palco, rodeada de un ramo de jazmines gigante que alguien muy astuto le habia regalado, supe que era verdad.
Que uno de esos sueños que tenia alla lejos en la lista estaba a punto de cumplirse.
Mi libro me temblaba en las manos cuando me acerque a saludarla.
Me abrazo.
Me dijo "Hola M'ija"
Me pregunto mi nombre con "Y tu como te llamas, niña?".
Escucho esas palabras que se tropezaban en mi boca todas juntas, apuradas por salir, con la paciencia mas grande del mundo.
No solo firmo mi libro sino tambien dos papelitos, uno para Pablo y otro para mi tia Rita, dos de aquellas personas que sucumbieron a los encantos de la pluma de la chilenita a quienes mas quiero en este mundo.
Agarro mi mano mientras me deshacia agradeciendole el cambio inmenso que proporcionaron sus libros en esa etapa de mi vida en la que estaba empezando el viaje de conertirme en quien yo queria ser.
Se rio con un "Ay, que bonitos" cuando le conte que Pablo y yo le deciamos "La Tia"
Se conmovio cuando le dije "Gracias por Clara Clarividente, ese perdonaje modifico tanto mi vision de la vida" y me contesto "Ay de nada m'ija, era mi abuela materna" con toda la dulzura de su acento, por eso mis ultimas palabras hacia ella fueron "Por eso, gracias por compartirla con nosotros, te amamos Isabel!"
Creo que esa mujer no tiene conciencia de cuan feliz me hizo con tan poco...
