lunes, 14 de septiembre de 2009

Ocaso De Un Heroe (imaginario o no)


Había una vez, allá lejos y hace tiempo, una niña que en su ingenuidad construyo un héroe de barro.
Tomo un caballero inteligente, cariñoso, culto, divertido y a quien no le costaba idealizar como la figura paterna (a falta de un padre real) ideal, y lo deposito en un pedestal inquebrantable, decidida a mantenerlo ahí por el resto de sus días. Atenta a cada una de sus palabras, la niña se sentaba a escuchar sus historias múltiples, sabiendo en su corazón que no había un sujeto mas sabio que el en todo el universo.
Tras la muerte de la esposa del caballero, la dueña de los ojos verdes mas honestos de la tierra, la niña lloro sus lagrimas mas tristes y decidió alejarse para que su héroe no la vea llorar.
El tiempo paso y la niña creció para convertirse en una joven adulta que seguía siendo tan crédula como en su infancia.
¡Pobre de ella al enterarse que su héroe no era perfecto! Que se había atrevido a comportarse como un ser humano corriente, que un nuevo sentimiento que se debatía entre la ternura y el odio nacía cuando lo miraba. Estaba defraudada por su humanidad.
Durante mucho tiempo el dolor contamino su corazón hasta teñirlo de un rencor que siempre había sido totalmente ajeno a ella.
El pedestal se había destruido definitivamente.
Pero la niebla del enojo se disipó y la joven aprendió a estarle agradecida.
Aprendí a estarle agradecida porque entendí que ni las personas que mas amamos son perfectas, que entre las características no tan buenas de la humanidad se encuentra la de lastimar inconscientemente a las personas que nos quieren, que ningún comportamiento es intachable, que estamos llenos de pequeñas miserias que no deben opacar nuestras maravillas, que los errores no pueden desvirtuar lo que algún día fue. Que las personas son personas y no ideales.
A partir del momento en que despoje a mi héroe de su corona de nobleza me volví un poco mas conciente y justa. Cuanto mas alto ubiques a alguien en tu escala de admiración, mas te va a doler cuando descubras que no es lo que pensabas. Por eso es mejor amar por lo que alguien es y no por lo que nos auto inventamos que nos parece que son.
Metí en una valija las hermosas diapositivas de vida que tenia junto a el y dije “ha sido tan hermoso conocerte”, no negué jamás su influencia en este pseudo humano en el que supe convertirme, pero cerré mi circulo, sin asuntos pendientes, ni pucheros ni planteos inmaduros.
Y lo archive.
Algunas personas están fabricadas para llenarnos de recuerdos hermosos. El fue una de ellas para mi.
Y punto.
Y la joven que soy esta en paz con el, esperando que Dios lo tenga en la palma de su mano hasta que nos volvamos a ver.
 
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